La historia de cómo nos denunciaron por unos huevos

Has leído bien, no es un clickbait (un título sensacionalista sin más). Nos denunciaron y estuvimos dos años defendiendo nuestra actuación ante los tribunales.

Guillermo Moreno

Fundador y director ejecutivo

24/01/2024

Spar

Todo empezó allá por 2020. Aún nos llamábamos Equalia. Éramos jóvenes (algunas personas más que otras) y ya teníamos un objetivo claro: queríamos que sacaran a todas las gallinas de las jaulas de una vez por todas.

La industria del huevo ya es, en sí misma, todo un debate. Así que quisimos dar un paso hacia delante. Lo que siempre decimos: mientras haya consumo debería haber alguien luchando por reducir al máximo posible el sufrimiento animal. Y ahí entra nuestra organización. Con todo esto lanzamos, en 2020, una campaña pidiendo a la cadena de supermercados Spar que se comprometiera públicamente a dejar de vender huevos de gallinas en jaulas en 2025.


“No era la primera campaña que lanzábamos de este tipo. De hecho, la mayor parte de supermercados ya se habían comprometido”


Ahora, ¿qué hicimos para enfadar tanto a Spar? Nos llegaron imágenes de varias granjas relacionadas con proveedores de supermercados Spar, así que decidimos hacerlas públicas. En esas imágenes aparecían huevos con ácaros y larvas junto a gallinas desplumadas o con prolapsos (no busques esta palabra en Google). Sí, eran imágenes MUY desagradables, pero todo el mundo tiene derecho a saber de dónde viene lo que compra para tomar decisiones informadas. En definitiva, estábamos sacando a la luz lo que era un atentado contra el bienestar animal y posiblemente contra la salud pública.

A todo lo anterior hay que sumarle que varios medios de comunicación comenzaron a publicar noticias sobre las granjas, sobre Spar y sobre todo lo que estaba ocurriendo.

¿El resultado? Entre diciembre de 2020 y abril de 2021, tanto la organización, como varios trabajadores y trabajadoras recibimos hasta cuatro burofax exigiendo parar la campaña, eliminar el material publicado y amenazando con presentar una querella además de otras acciones penales de sus asociados. Muy fuerte todo.

Hay que decir que no fueron amenazas vacías. Lo que dicen, lo cumplen (ya podrían haber dicho que eliminarían las jaulas). Finalmente, recibimos dos querellas por delitos de injurias, amenazas y coacciones. No una, sino DOS. Una por parte de Spar, y otra de uno de sus 13 asociados.

Spar

“Con lo cual teníamos una doble denuncia a la organización, pero también a cuatro personas del equipo”


Además, cabe añadir que, en uno de los burofax, se indicaba que podrían emprender acciones legales contra los medios de comunicación que no retiraran el contenido informativo relacionado. Desconocemos si fue consecuencia o no de este burofax, pero días después había desaparecido el 90% de las menciones a Spar en artículos que habían publicado el caso.

Entre otras muchas cosas, la empresa solicitó una fianza para la organización de 20.000€ como mínimo (Spar, por favor, que somos una oenegé).

Resultado: ambas querellas fueron archivadas a finales de 2022 porque, quitando todos los tecnicismos y resumiendo mucho, la actuación de la organización estaba amparada en el derecho fundamental a la libertad de expresión y no constituía ninguno de los delitos de los que nos acusaron. Cabe destacar que las empresas denunciantes no lo dejaron ahí. Recurrieron varias veces, pero el resultado fue el mismo, así que no te haremos leer tooodo el proceso.

Spar

Lo que Spar nos hizo tiene un nombre: SLAPP

Ahora te vamos a contar lo que hay detrás de esta denuncia. Es probable que Spar ya supiera que no iba a ganar esta querella, pero ganar posiblemente nunca fue la finalidad. Este sería un claro ejemplo de SLAPP.

SLAPP es el acrónimo de «Strategic lawsuit against public participation», es decir, una demanda estratégica contra la participación pública. Repito para que no pase desapercibido: demanda estratégica. Es un tipo de denuncia que se ejerce para generar miedo o hastío. Generalmente, se ejerce por parte de grandes empresas y poderes políticos hacia entidades o personas con menos recursos -recordemos con dolor esos 20.000€ que pedían, como mínimo-. El objetivo es que la parte demandada se canse de invertir tiempo (a veces hasta años) y dinero para poder defenderse.

Pero OBA, ¿por qué querrían hacer eso? te preguntarás. Pues porque, bajo la amenaza de una denuncia de esta envergadura, las organizaciones solemos parar las campañas para no sufrir las consecuencias. Es decir, lo normal sería borrar todo y no volver a nombrar a la empresa para que retiren o no inicien acciones frente a la organización.


“¿Paramos la campaña de Spar para evitar la querella? Evidentemente NO”


Lo que pasó en el procedimiento iniciado por SPAR

Es normal que quieras saber las cosas que se hablaron durante esos años de encuentros. Por eso, te dejamos aquí algunas de las reflexiones del juez y del tribunal que intervinieron en la causa. Todas estas referencias hicieron que se desestimara el caso a nuestro favor. Consiguiendo así una victoria histórica tanto para OBA, como para las organizaciones y entidades que luchan por un mundo un poco más justo.

Comenzamos con las referencias:

1- Sobre la libertad de expresión relacionada con un tema de interés público como es el bienestar de los animales: «No cabe en ningún caso sostener que los hechos resaltados puedan conformar un delito de coacciones o amenazas. No toda presión ejercida por un determinado grupo de opinión puede considerarse penalmente relevante, mucho menos si está relacionada con el ejercicio del derecho fundamental a la libertad de expresión y en el contexto de un debate público como es la búsqueda de un determinado nivel de bienestar animal en las granjas de producción destinadas al consumo humano.»

2- Aquí se menciona la necesidad hacer públicas toda aquellas prácticas que puedan interesar a las personas consumidoras para que puedan conocer, elegir y opinar libremente sobre lo que consumen: «La simple comunicación que, de no acogerse a un determinado protocolo que establece altos estándares de producción animal promocionado por la entidad querellada, se haría pública dicha reticencia, puede ser una forma de presión perfectamente legítima como forma de conformar la libre opinión de los consumidores o destinatarios finales del producto. Lo contrario haría fútil la actuación de asociaciones de consumidores, usuarios o defensores de determinados intereses difusos inmersos en los complejos procesos de producción.»

3- En este caso, se hacía una crítica directa a la estrategia de “censura”, pues,  si les habíamos creado una crisis de marca, la empresa podría haberse valido de sus propias armas comunicativas para responder, pero en vez de eso, iniciaron una acción penal frente a la organización y varios de sus empleados: «El simple anuncio que de no acogerse al referido protocolo, se haría pública dicha información en el libre ejercicio del derecho a la libertad de expresión e información, en ningún caso puede ser equiparable a una coerción penalmente relevante. Sin duda, hoy, las posibilidades de difusión de determinados mensajes en las redes sociales deja en situación de vulnerabilidad reputacional a las empresas afectadas, para lo que deben desplegar su oportuna política estratégica de comunicación y su adecuada respuesta ante situaciones críticas, pero ello no justifica el uso del derecho penal para intentar “censurar” cualquier crítica a su modelo de producción, por acertada o no que sea.»

4- Por último, destacamos este momento en el que se resalta la cabida que tienen las campañas para una sociedad libre e informada: «En una sociedad como la actual, en la que existen los llamados grupos de presión y ONGs que razonablemente son libres de tratar de formar opinión en la sociedad sobre temas de actualidad, es correcto el lanzamiento de campañas tendentes a movilizar a la sociedad en pos de un determinado objetivo, aconsejando por caso no adquirir productos de una determinada marca o procedencia. Este tipo de conductas son admisibles en una sociedad libre y en la que la libertad de expresión sea debidamente amparada.»

Fin

Hasta aquí llega nuestra última aventura. Una victoria histórica. ¿Esto que implica? Que, sin quererlo, hemos sembrado un precedente a nuestro favor y al de muchas organizaciones.

A partir de ahora se lo pensarán dos veces antes de interponer una denuncia (esperamos).